Los agentes químicos pueden entrar al organismo por distintas vías, las cuales son:
Vía respiratoria (inhalación):
Comprende nariz, boca y pulmones. Es la vía de ingreso de sustancias tóxicas más importantes, ya que respiramos aire y con el aire pueden venir todo tipo de sustancias, como sólidos en forma de polvo, líquidos en forma de vapor y gases que se mezclan eventualmente con el aire que respiramos. Nuestros órganos son sensibles, ante un estímulo como puede ser el de algún gas tóxico, nuestro cuerpo reaccionara con estornudos, toses y/o irritación nasal, estos avisos de peligro no hay que dejarlos pasar.
Vía dérmica (absorción):
Algunas sustancias tóxicas son capaces de atravesar la piel que es el mayor órgano que tenemos (protege de elementos y sustancias externas), estas sustancias llegan al torrente sanguíneo y después se distribuyen por todo el organismo. Los factores a tener en cuenta ante la exposición dérmica a sustancias tóxicas son:
- La superficie de piel expuesta.
- Estado de la piel expuesta.
- Características de la sustancia tóxica que entró en contacto con la piel.
Vía digestiva (ingestión):
Es una vía de ingreso de sustancias tóxicas poco común, ya que no nos llevamos a la boca los elementos tóxicos pero sí podemos llevar nuestras manos contaminadas a nuestra boca, no tan solo las manos sino también comida y/o bebidas, esto ocurre cuando no existe tiempo para descansar y comer en el trabajo y se recurre a la mala práctica de comer mientras se trabaja, razón por la cual las sustancias tóxicas ingresan al organismo de este modo.
Vía parenteral (heridas):
Esta vía de ingreso tampoco es común, ya que requiere de una herida como un corte o llaga preexistente en la piel para que la sustancia ingrese a nuestro cuerpo, llegando al torrente sanguíneo y distribuyendose por el organismo.
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